Friday, January 27, 2012

ALTA COSTURA PRIMAVERA/VERANO 2012

Armani Privé
Christian Dior











Bouchra Jarrar

Chanel












Giambatistta Valli
Versace










Givenchy
Jean Paul Gaultier
Valentino











Elie Saab

































































Bienvenida sea otra vez la temporada de desfiles! Como siempre, la alta costura abre el baile en Paris, a su peculiar ritmo de frivolidad y presunta grandeza, junto a un fastuoso despliegue de recursos estilísticos cinemáticos y teatrales.
Firme a pesar de los tambaleos del euro, la crísis de la deuda soberana y el malestar económico general, la Haute Couture sigue en auge, y si bien su rol habrá menguado, su incidencia es crucial en el negocio global de la moda. Es que más allá de ser el área elitista de la industria, demarcada por sus principios de destreza artesanal y confección a medida, la misma lleva más de un siglo funcionando cual si fuera un laboratorio de diseño, donde cada flamante concepto puede testearse sobre el cuerpo.
Aferrada a su tradición, la alta costura resistió embates económicos y culturales, recuperando su relevancia para la mujer moderna en los últimos años. Las colecciones de prêt-à-porter y las licencias de diseñador sirvieron de colchón financiero para amortiguar las pérdidas de las sobrevivientes de la categoría, que a cambio realzaron la identidad de sus marcas, prestando un telón glamoroso a los ítems más corrientes. Pero maniobras de marketing aparte, el gran mérito de la alta costura es la conservación y fomento de las laboriosas técnicas artesanales que desaparecerían de no ser por el patrocinio de esas casas. Afortunadamente, a la par de ella, persiste un minúsculo mercado para garantizarle la vida, ya que para la mayoría de nosotros, el valor metálico de uno de esos vestidos sería el equivalente a la recompensa a pagar por el rescate de un miembro de la nobleza.

- Versace: De la mano de Donatella Versace, la casa milanesa se reincorpora al clan de la alta costura tras un paréntesis de ocho años. La marca de la medusa volvió a pisar fuerte en Paris con su séquito de "guerreras glamorosas" al estilo retro-futurista de Jane Fonda en Barbarella, enfundadas en shorts, chaquetas estructuradas, corsetería sexy y sinuosos vestidos en estridentes tonos frutales. Tras el suceso comercial de su colaboración con la cadena sueca de fast-fashion H&M, el extremo opuesto de su arcoiris de diseño presentó faldones en cascada, paneles laterales de encaje bordado, piezas moldeadas en metal dorado acentuando las curvas femeninas, rutilantes paillettes y plataformas de vértigo. Una colección pensada para una clientela jóven y audaz, según la diseñadora.
- Christian Dior: Mientras algunos siguen aludiendo al hueco dejado por John Galliano y otros, como Franca Sozzani, se atreven a sugerir un retorno del malogrado diseñador a Dior cuando salga de rehabilitación, para LVMH -holding propietario de la firma-, ese ciclo parece cerrado. La evidencia estuvo en la pasarela. Tras su deslucido show de alta costura en Julio, Bill Gaytten volvió al mando del timón creativo con una colección rigurosamente icónica de Monsieur Dior, de sutil ornamentación y lavada de toda excéntrica fantasía. Muchos vieron la virtud inacabada de algunas prendas como una nítida radiografía de las fases del ritual de confección en el atelier. Una digna y elegante propuesta de prendas ponibles de chiffon y organza, impregnadas de la esencia clásica de la maison: siluetas New Look, patrones estéticos retro, cinturas ceñidas, faldas lápiz y voluminosas y una paleta diorísima de blanco y negro, púrpura, nude y rubí. El drama y el romanticismo histórico recién aparecieron en unos cuantos vestidos strapless de noche, de exagerada proporción y rigidez. Con todo, y quizás por carecer de ese carisma que embebe las creaciones de ciertos diseñadores, el ex asistente del gibraltareño no se libra de la sensación de pieza provisoria, a la espera del sucesor oficial.
- Bouchra Jarrar: La diseñadora marroquí se inspira para sus diseños en mujeres ejecutivas que valoran la funcionalidad pero sin perder de vista su atractivo femenino. Fiel a la sastrería de la vieja escuela, esta vez suavizó la seriedad de abrigos-vestido sin mangas(sleeveless coat-dresses) y trajes de franela y lana de corte masculino con maxi-foulards circulares, exquisitas estolas de zorro y chalecos de plumas sin espalda y pinceladas de turquesa y verde en una gama cromática sobria de grises, azules y negro. La propuesta se completó con vestidos de seda de tenue estampado floral en tonos empolvados.
- Chanel: El piloto Karl Lagerfeld recibió a su audiencia a bordo de su particular avión sólo de primera clase, montado en pleno Gran Palais, donde en un vuelo corto de su fantasía presentó su versión caprichosa de las azafatas de Pan-Am de los años 60, con puntiagudos batidos anti-gravedad, actitud despreocupada con manos en los bolsillos y sin bolsos a la vista. Como era de esperar, el Kaiser remontó su nave al cielo, con siluetas más alargadas y cuellos desbocados en pulcras chaquetas de tweed de mangas infladas a la altura del codo sobre faldas lápiz, crepe de lana en vestidos cortos de día, racimos de lentejuelas y abalorios en números de cocktail y noche, todo en una paleta predominante que el diseñador definió como su período azúl, alegando el uso de más de 150 matices del tono. Así, el menú principal de esta aerolínea fueron los clásicos diseños de la griffe de la camelia, todos bañados  en detalles couture, y la estrella de costumbre fueron los trajes de gala en vaporoso chiffon y bordados de cristales y pedrería.
- Elie Saab: Ajeno a la pose estelar de muchos de sus colegas, el discurso del libanés sale de sus manos prodigiosas, cuya ofrenda primaveral fue una resplandeciente colección de principescos  diseños de noche en tonos macaron, unos hechos con volantes de tul cubiertos de flores en 3-D y otros en encaje con bordados metalizados, de cristales o perlas, cualquiera de ellos ideal para la alfombra roja, incluídos los vestidos de cocktail cortos, que seguro apreciarán las fidèles del diseñador, entre ellas, emergentes estrellas de Bollywood de la talla de la actriz Sonam Kapoor.
- Givenchy: De nuevo, bastaron unos pocos looks, un marco austero y esta vez el solo artificio de unas argollas nasales y aros de plata tipo aldabas para resaltar la compleja maestría artesanal de Riccardo Tisci en sus esbeltos y orgánicos diseños. Y vaya complejidad, si los privilegiados entendidos que pudieron aproximarse al resultado de tantas horas de labor atestiguan, por ejémplo, la extraordinaria ligereza de un vestido bordado en collage de piel de caimán y canutillos sobre gasa y la misma minuciosa tarea en chaquetas moteras. Brava sensualidad sería el término adecuado también para las intrincadas prendas Art Decó teñidas de monocromática melancolía, un estado anímico natural y productivo para las creaciones del couturier. La principal influencia que citó fue Metrópolis de Fritz Lang, notable en un palazzo cuajado de cristales de Swarovski sobre una musculosa de trabajo en cashmere, como su alegoría de la lucha de clases. Más que la excitación de un show de moda, lo de Tisci parecía una exposición de obras de arte,  invitando a su serena contemplación.
- Giambattista Valli: Participante invitado en la anterior edición couture, el diseñador vuelve oficialmente al círculo de los escogidos en la ciudad luz, donde no pasó desapercibido su mérito de haber captado una nueva generación de clientela seducida por la mágica fluidez de la caída y el corte de sus creaciones que realzan la figura. Y eso que hablamos de faldas tubo con vuelos y peplums de plumas, capas ovoides bordadas con cuentas y volados hasta las rodillas, vestidos plisados de encaje Chantilly y lentejuelas hasta ras del piso y hasta milhojas de chifón en vestidos de gala llevados con pasmosa soltura. Sólo observar el arte de esos escotes trabajados como moños, los apliques florales en 3D sobre los hombros de un abrigo capa en blanco crudo, el perfecto matíz de fucsia obtenido en un precioso vestido griego de noche, e incluso los accesorios colgantes de maxi-rosas metálicas, todo transmite el espíritu de lujo formal y femenino de Valli.
- Armani Privé: Fluidez es la palabra que condensa la elegancia de Giorgio Armani, y un justo balance de sensualidad. Pero esta vez, a las siluetas de libélula, acompañaron otras más contundentes y extravagantes en estampados de reptil junto a tonos  y texturas de crisálidas, inspiradas en La Metamorfósis de Franz Kafka, y alguna opción sci-fi concebida quizás para Lady Gaga. Mientras tanto, la línea más a tono con el glamour clásico que encanta a sus célebres adeptas incluyó estilizados trajes de pantalón y blazer en materiales de malla iridiscente, faldas de organza de seda con pliegues en forma de vaina y suntuosos vestidos de sirena incrustados de cristales, cuyo seguro destino serán los próximos Oscars.
- Jean Paul Gaultier: Los altos batidos despeinados, los voladizos trazos de delineador, más el flirteo de deliberados descuidos lenceros y voluptuosos corsets en las modelos vociferaban el tributo de Gaultier a la fallecida cantante Amy Winehouse. Tal encarnación le brindó además la excusa perfecta para sacar a relucir sus recursos fetiche: el punk británico setentista, la generación perdida, el erotismo y el sentido estético fronterizo. Aunque todo aplicado proporcionalmente y con chispa a la sofisticación couture esencial, que el exultante diseñador demostró en su abigarrada colección. Allí sobresalía el corte impecable de su curvilinea sastrería con cortas chaquetas tuxedo, el frufrú de seda de suntuosas capas y vestidos de noche, estampados que imitaban pisos de mármol imperiales y el ostentoso kistch ornamental de algunos looks.
- Valentino: La nostalgia por el romanticismo francés de la Ilustración dieciochesca y el espíritu de los jardines versallescos pareció invadir a la dupla creativa de Pier Paolo Piccioli y María Grazia Chiuri, cuya expresión afloró en bucólicos vestidos etéreos en capas de organza y encaje Chantilly o de tafeta plisada en técnica antigua con estampados tipo papel tapiz y cortinas de delicados florales y chinoserie, entre otras tibias pasadas de trajes y vestidos  diurnos en crepe marfil. En definitiva, una propuesta que seguro entusiasmaría a Scarlett O'Hara y a alguna adolescente soñadora.

Una última reflexión: si acaso queda un refugio para el savoir-faire y el preciosismo extra que debiera suponer la alta costura -cuyas presentaciones a menudo decepcionan por su virtual paralelismo a la llaneza cualitativa de las colecciones ready-to-wear-, pienso en Givenchy como una de las pocas firmas que parecen acercarse a él y observar desde un piso superior a sus líneas más pedestres.

PARIS HAUTE COUTURE SPRING/SUMMER 2012

Welcome back fashion shows season! As always, Haute Couture in Paris opens the dance, in its peculiar rhythm of frivolity and so-called grandeur, with a lavish display of cinematic and theatrical stylistic features.
Firm despite the wobbles of the euro, sovereign debt crisis and economic malaise, the High Fashion continues to boom, and although its role will have diminished, its incidence is crucial in the global fashion business. It's that beyond being the industry's elite area, marked by its principles of craftsmanship and tailoring, the same has more than a century as if it were running a design laboratory, where each brand new concept can be tested on the body.
Clinging to tradition, Couture resisted cultural and economic onslaughts, regaining its relevance for the modern woman in recent years. Prêt-à-porter collections and designer licenses served as a financial cushion to absorb losses of survivors of the category, which in turn enhanced their brands identity, providing a glamorous backdrop to the more current items. But marketing maneuvers aside, the great merit of Haute Couture is the preservation and promotion of laborious craftsmanship which would disappear were it not for the sponsorship of those houses. Fortunately, at par of it, there is still a tiny market to guarantee its life, since for most of us, the metal value of one of those dresses would be equivalent to the reward to pay for the rescue of a nobility member.

- Versace: Hand in hand with Donatella Versace, the Milanese house rejoins the clan of Haute Couture after a hiatus of eight years. The brand of jellyfish stomped again in Paris with its retinue of "glamorous warriors" in Barbarella's Jane Fonda retro-futuristic style, clad in shorts, structured jackets, sexy corsetry and sinuous dresses in loud fruit hues. After the commercial success of Versace's collaboration with the Swedish fast-fashion chain H&M, the opposite end of its design rainbow presented cascading flaps, side panels of embroidered lace, molded golden metal accentuating feminine curves, glittering paillettes and dizzy platforms. A collection designed for a young and brazen clientele, according to the designer.
- Christian Dior: While some still refer to the gap left by John Galliano and others, as Franca Sozzani, dare to suggest a return of the failed designer to Dior when he comes out of rehab, to luxury holding LVMH -owner of the firm-, that cycle seems closed. The evidence was on the catwalk. After his lackluster haute couture show in July, Gaytten Bill was at the creative helm again with a collection rigorously iconic of Monsieur Dior, subtle ornamentation and washed from all eccentric fantasy. Many saw the unfinished virtue of some clothes as a sharp X-ray of the phases of dressmaking ritual in the atelier. A decent and elegant wearable clothes' proposal in chiffon and organza, impregnated with la maison's classical essence: New Look silhouettes, retro aesthetic standards, tight waists, pencil and voluminous skirts, and a Diorissime palette of black'n'white, purple, nude and ruby. The drama and historical romanticism just came on a few strapless evening gowns of exaggerated proportion and stiffness. Yet, perhaps for lacking the charisma that imbues certain designers' creations, the Gibraltarian's former assistant does not escape the feeling of provisional piece, awaiting the official successor.
- Bouchra Jarrar: The Moroccan designer gets inspired for her designs by female executives who value functionality, but without losing sight of their feminine appeal. True to the old-school tailoring, this time she softened the severity of sleeveless coat-dresses and flannel and wool masculine cut suits with circular maxi-foulards, exquisite fox stoles and feathers backless vests and brushstrokes of turquoise and green over a sober color range of gray, blue and black. The proposal was completed with silk floral dresses in faint dusty tones.
- Chanel: Pilot Karl Lagerfeld received his audience aboard his first-class-only particular plane, mounted in the heart of the Grand Palais, where in a short flight of his fancy, he displayed his whimsical version of Pan-Am's 60s flight attendants with spiky and anti-gravity hairstyles, carefree attitude with hands in pockets and no handbags in sight. As expected, the Kaiser flew his aircraft into the sky with more elongated silhouettes and streched-out necks in neat tweed jackets with inflated sleeves above the elbow over pencil skirts, wool crepe frocks, clusters of sequins and beads in cocktail and evening numbers, all in a ruling palette defined by Lagerfeld as his Blue Period, alleging the use of more than 150 shades of the tone. Thus, the main menu of this airline were the classic designs of the camellia griffe, all suffused in couture details, and the usual star were the evening gowns in filmy chiffon and crystals and beading embroideries.
- Elie Saab: Alien to the stellar pose of many of his colleagues, the Lebanese's speech comes out of his prodigious hands, whose springtime offering was a resplendent collection of princely evening creations in macaroon shades, some made of tulle ruffles covered in 3-D blossoms, and others in metallized embroidered lace, crystals or pearls, each of them ideal for the red carpet, included the short cocktail frocks, which will surely be appreciated by the designer's fidèles, among them, emerging stars of Bollywood the likes of  actress Sonam Kapoor.
- Givenchy: Again, just a few looks, a stark frame, and this time the single device of a few nose rings and silver doorknocker earrings, were enough to highlight the complex Riccardo Tisci master craftsmanship in his slender and organic designs. And what a complexity, if the privileged connoisseurs who could approach the result of long hours of work reflected, for example, the extraordinary lightness of a collage embroidered dress in alligator skin and bugle beads over gauze, and the same painstaking labor in biker jackets. Tough sensuousness would also be the appropriate term for the intricate Art-Deco garments tinged with monochromatic melancholy, a natural and productive mood for the couturier's creations. The main influence he cited was Fritz Lang's Metropolis, as seen in a Swarovski-studded palazzo pants paired with a cashmere tank top as his allegory of the class struggle. Rather than the excitement of a fashion show, Tisci's thing seemed a works of art exhibition, inviting its serene contemplation.
- Giambattista Valli: Guest participant at the previous couture edition, the designer officially returns to the coterie of the privileged in the City of Light, where did not go unnoticed his merit of having captured a new generation of customers lured by the magic smooth of the draping and cutting of his figure-flattering creations. And even that we speak of tight-fitting skirts with ruffles and feathered peplums, beaded ovoid capes, pleated and sequined floor-sweeping gowns with Chantilly lace ruffles, and chiffon millefeuille evening dresses worn with astonishing ease. Just look at the art of those necklines worked as bows, floral appliqués in 3D on the shoulders of a coat in raw white, the perfect hue of fuchsia obtained in a beautiful Grecian dress, and even the accessories of dangling metal roses, all conveys the spirit of Valli's formal and feminine luxury.
- Armani Privé: Fluidity is the word that encapsulates the elegance of Giorgio Armani, and a fair balance of sensuality. But this time, the dragonfly silhouettes were accompanied by others stronger and flamboyant, with reptile prints, tones and textures of chrysalis, inspired in Franz Kafka's "The Metamorphosis", and some sci-fi option, perhaps conceived to fit Lady Gaga. Meanwhile, the line more in tune with the classic glamour his celebrity adepts love involved stylized pantsuits and blazers in iridescent mesh materials, silk organza skirts folded like a pod and sumptuous siren gowns encrusted with crystals, whose certain fate will be the comming Oscars.
- Jean Paul Gaultier: Disheveled bouffant hairdos, heavy black winged eyeliner, plus the flirtation of deliberate lingerie oversights and voluptuous corsets in models vociferated Gaultier's tribute to late crooner Amy Winehouse. Such incarnation also gave him the perfect excuse to bring out his fetish resources : Seventies British punk, the lost generation, eroticism and border aesthetic sense. Although, all implemented proportional and scintillatingly to essential couture sophistication the exultant designer showed in his motley collection. There stood the impeccably cut tailoring with its curvy cropped tux jackets, the rustle of sumptuous silken capes and evening dresses, patterns that mimic imperial marble floors and the glitzy ornamental kitsch of some looks.
- Valentino: Nostalgia for eighteenth-century Age of Enlightement's French romanticism and the spirit of the Versailles gardens seemed to invade the creative duo Pier Paolo Piccioli and Maria Grazia Chiuri, whose expression surfaced in bucolic, ethereal dresses in layers of Chantilly lace and organza or  in old-technique pleated taffeta with delicate floral and chinoserie wallpaper and curtains patterns, among other tepid outings of ivory crepe daytime suits and frocks. In short, a proposal that would surely excite Scarlett O'Hara and the odd dreamy girl.

One final thought: if anything is a haven for the savoir-faire and extra preciosity should involve haute couture -whose submissions often disappoint for its virtual parallelism to RTW collections' qualitative plainness-, I think of Givenchy as one of the few brands that seem to approach it, and watch from an upper floor to their more pedestrian lines.

Photo credit: Style.com

20 comments:

  1. All of the collections were great!
    Thanks for following, I followed you back ^^

    xoxo

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  2. Absolutely love the collections!

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  3. La alta costura se resiste a morir, básicamente, porque es la forma en que los diseñadores pueden divertirse y hacer lo que realmente les gusta en términos de expresión!! Muy buen post!! Muy ilustrativo para saber para dónde va la industria!!
    Saludos desde Santiago de Chile.

    http://carethewear.wordpress.com
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  5. i am really sorry for the short comment i am afraid that my computer will shut down any second and i won't be able to say much.
    i personally loved the elegance of elie saab and dior, but chanel kind of dissapointed me, don't know why, maybe the hair, maybe because i expected more.
    besos.
    marianne

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  6. yo como siempre estoy fascinado con el Señor Armani por su capacidad de crear 8 lineas. Es un artista.

    Genial post y GIVENCHY ALWAYS!

    xx

    www.sickbytrend.com

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  7. great review darling thanks for inviting me to read this great article.

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  8. lovely collection!!!

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  9. Thank you so much for your sweet comment!! You're right, I've been a little bit busy but it's always a pleasure to visit your blog and to find interesting post like this one!Love the Chanel and the Versace ones!
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    Cosa mi metto???

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  11. Lovely article! all of the designers has a wonderful, creative, & interesting collection!

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  12. Hi sweety, what a great roundup. I love Elie Saab the most, and Dior did some amazing gowns as well. I wanted to specially thank you for the lovely sweet comment, you are the best!

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  14. Nice! I like the Christian Dior and Bouchra Jarrar looks the best.

    nialangleyspeaks.blogspot.com

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  15. ooohh, como quiero los vestidos de valentino y ellie saab! :)

    me encanta tu blog, sobre todo tus textos. te sigo desde ya.

    la tiquismiquis
    http://tqsm.blogspot.com

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  16. Great post !!!! Thank you so much for your good words. Kisses

    via-fortunata.blogspot.com

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  17. Me pareció una temporada muy muy buena. Muchas prendas interesantes y un claro ejemplo es el vestido naranja de Versace.
    www.flaviaflanders.com

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  18. Gorgeous gowns! Your blog is lovely, if you want to take a look at mine it’s at http://grassettagillie.blogspot.com, if you’d like we should follow each other! :)

    xo Gillie

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  19. The haute couture shows are something i would die to see in person!

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