Quiero decir, sabemos que el paso por las pasarelas suele dejar a las modelos un plus educativo que afina su puntería al momento de producirse. Además en tu caso, Lorena, seguro podías conservar un caudal de recuerdos valiosos de tu fugaz unión con Tomás Constantini. Entonces, ¿por qué sucumbir aún -aunque sea a nivel subconsciente- a las extrañas influencias de estilo de un hombrecillo que decidió -¡oh, qué ingenioso!- que la mejor excusa para calzarse unas botas de montar de discreto tacón el día de su boda era recrear la época de Mozart en su look, cosa de no salir en la foto dos cabezas por debajo de su novia?
En cuanto a este outfit, me hace evocar una secretaria al final de su jornada laboral procurando aderezar su monótono uniforme con condimentos hippie-chic para ir de cocktail. Lo que sí, en vez de tratar de disimular la carterita-portacosméticos, la próxima la dejas en la oficina, ok?
En cuanto a este outfit, me hace evocar una secretaria al final de su jornada laboral procurando aderezar su monótono uniforme con condimentos hippie-chic para ir de cocktail. Lo que sí, en vez de tratar de disimular la carterita-portacosméticos, la próxima la dejas en la oficina, ok?
Ugghhh!!
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