Thursday, July 7, 2011

ALTA COSTURA OTOÑO 2011

Armani Privé
Jean Paul Gaultier
Givenchy
Elie Saab
Valentino
Giambatistta Valli
Chanel


Christian Dior

Haute Couture evoca ideas de rancia estirpe, tules, crinolinas y tafétas. No obstante, la misma viene disfrutando una suerte de renacimiento, con casas legendarias y nuevas mirando (y con cierto éxito) hacia el Lejano Oriente, en busca de clientes, más la flamante casta de clientela juvenil, ávida de hacerse con los mejores vestidos que el dinero pueda comprar. Así, la moneda de cambio couture es cada vez menos el euro y el dólar, y más el riyal árabe y qatarí, el yuan chino, el rublo ruso y la rupia india. Es que la alta confección a medida tiene clientes a su medida, con características singulares y necesidades específicas.
Y aunque la Alta Costura representa esa cúspide de la pirámide de la moda que abastece sólo a una ínfima élite socio-económica capaz de pagar precios de seis cifras por una prenda, es tremendamente importante, dado que es el máximo escaparate publicitario para el alucinante talento y la fantasía de los diseñadores.
- Armani Privé: literal homenaje a Japón con atuendos típicos: tocados de Philip Treacy imitando peinado de geisha, cintos obi, kimonos y motivos Ikebana y flor de cerezo pintados a mano. Aún dentro de las líneas puras de Giorgio Armani, de hombros estructurados y efectivos looks de gala, el desfile de solemnes y orgullosas geishas en stilettos, trajes pantalón en shantung de seda y cuerpos de charol negro no resultó de lo más convincente.
- Christian Dior: al tomar las riendas creativas, el provisional sucesor (y ex asistente) de John Galliano, Bill Gaytten pareció soltar su dispar torrente de inspiraciones contenidas. Un esfuerzo mal calculado de aplicar su visión a la reconocible estética de la maison que resultó en una mezcolanza fenomenal de arquitectura moderna, edificios de Frank Ghery, diseño de interiores, tocados cósmicos, Pierrot, glorias pasadas de Dior, todo en una metáfora imposible. ¿Más? Contraste de estampados pop-art en chaquetas y faldas, bordados y paleta tutti-frutti y vestidos de gala de romántico efecto pétalos de rosa. En definitiva, un caos de diseños en alegre extravaganza donde no concurrió la finesse de Dior, una casa icónica que merece un líder creativo visionario para encausar su estética futura.
- Giambatistta Valli: debutando en el circuito oficial de la alta costura, el romano mostró su don para enlazar casual y couture, con diseños ponibles de estética refinada. Colección ambiciosa y dinámica con cierto abuso ornamental sobre texturas y accesorios. Entre los hits: el chemise blanco de poplin bajo una falda lápiz negra de lamé de tweed y los vaporosos vestidos con capa de seda en animal print.
- Givenchy: Diez piezas bastaron para transmitir un concepto de pureza, calma y fragilidad. Siluetas blancas y estilizadas, cual exóticas criaturas del Edén, ajenas a la intensa labor artesanal detrás de su relajada apariencia. Intrincados bordados con perlas y plumas, casi orgánica simetría de paillettes, cuentas bordadas en degradé sobre lienzos de tul. La piel desnuda asomando entre flecos, tul y recortes es otro rasgo de un enfoque modernista y osado del tradicional arte de la alta costura. Es la visión única y la sublime técnica de Riccardo Tisci que marcan la senda de evolución de aquella.
- Chanel: Karl Lagerfeld deseó enfatizar las múltiples facetas de Cocó Chanel sin retirar su velo de misterio, y el mensaje llegó a través de una atmósfera dark y la supremacía cromática del negro, el gris y el azúl tinta en trajes de tweed y siluetas nocturnas tipo tulipa. Propuso además una nueva forma: cintura ceñida, peplum rígido años 40 sobre falda tubo o cola de pez y hombros importantes. Acentos exquisitos como penachos, frunces y chiffon recortado a modo de plumas para una propuesta de lujo sombrío hiper-seductor.
- Valentino: Dos años después, el legado de Valentino Garavani está en finas manos, mientras la dupla creativa de Maria Grazia Chiuri y Pier Paolo Piccioli va forjando firme y serenamente su propia impronta. Balance y deliciosa decadencia en diseños dignos de una joven y estilosa realeza. Prendas etéreas, de corte simple que deja hablar a telas suntuosas como encaje Chantilly, terciopelo devoré y brocado de hilos de oro. Tonos beige, negro, rojo y verde nilo y sutiles efectos deluxe como detalles de filigrana de metales preciosos.
- Elie Saab: el libanés probó porqué es el elegido de las estrellas más glamorosas de Hollywood. Con su ofrenda de vestidos de tul cuajados en piedras y cristales refulgentes, enaltece a sus fieles clientas al rango de auténticas deidades femeninas. Volátiles, luminosas y traslucidas creaciones en diáfana gama de aguamarina, malva, rosa, azul pizarra y blanco plateado.
- Jean Paul Gaultier: desde su óptica estrafalaria, el chico malo de la moda trajo libres alusiones al ballet ruso y al Cisne Negro con tutú bajo el saco de un traje de raya diplomática, tocados de plumas y un vestido de plumaje multicolor como las aves del paraiso. Fiel a sí mismo, el diseñador llevó sus elementos clave a la pasarela: diversidad y alta sastrería.

Crédito fotográfico: Style.com

6 comments:

  1. Excelente visión sobre la muestra de Paris. Carmen.

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  2. DIVINO Elie Saab y algunos looks de Chanel!!! Lo de Dior, horrible, una lástima... T.S.

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  3. Gracias por el avance de moda.
    Me encanta Elie Saab!! Que maravilla poder ver un desfile suyo!!!
    Bss
    Alba :-)

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  4. Voto por Elie Saab y Chanel!! Ambos impecables, como siempre!!!
    Muy buenas criticas!!
    Soy tu fan!!
    Bsss

    Graciela D

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  5. no se podía esperar menos de tu capacidad. Te Felicito

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