Esplendor y distinción por partida doble en esta entrada. O el deslumbrante arribo de una anfitriona de la alta sociedad a su habitat natural. Esta foto de la empresaria Ana Rusconi la tomé el día que nos reunimos ahí con motivo de hacerle un entrevista para la revista con la cual colaboro.
Miembro de The Leading Hotels of the World, el Alvear Palace Hotel es un punto paradigmático de lo más glorioso de Buenos Aires. Al son de música clásica o de jazz y entre paredes laminadas de oro, suelos y columnas de mármol, suntuosas arañas de cristal, mobiliario de estilo Imperio y Luis XV, obras de arte de ilustre firma y una clara identidad con sus mejores equivalentes europeos, allí se respira la presencia abrumadora de la época de oro porteña.
Respecto a Ana, elegante y cautivadora como siempre, brilla tanto como sus stilettos de René Caovilla y comunica su joie de vivre. Con este conjunto, demuestra además su aguda conciencia del estilo, al equilibrar idealmente un vestido ultrafemenino con complementos refinados pero impactantes para cortar el factor azucarado.
Street Style: MEETING AT THE ALVEAR
Splendor and distinction twice in this post. Or the dazzling arrival of a hostess of high society to her natural habitat. I took this photo of businesswoman Ana Rusconi the day we met there on the occasion of an interview for the magazine with which I collaborate.
Member of The Leading Hotels of the World, the Alvear Palace Hotel is one of the most glorious paradigms of Buenos Aires. To the sound of classical music or jazz, and between gold laminated walls, marble floors and columns, ornate crystal chandeliers, Louis XV and Empire style furniture, signature artworks and a clear identity with their best European equivalents, there breathes the overwhelming presence of the golden age of Buenos Aires.
Regarding Ana, elegant and captivating as ever, she glows as much as her stilettos by René Caovilla, and communicates her joie de vivre. With this outfit, also shows her keen awareness of style, ideally balancing an ultra-feminine dress with refined but powerful complements to cut the sweet factor.